A continuación
se presenta un cuadro general sobre el organismo humano, que tiene influencia
sobre el comportamiento de las organizaciones. El cuadro forma parte de la teoría
de la organización formal. Se realiza este difícil estudio presentado por Herbert A. Simon, puesto que en la
literatura científica, psicológica y sociológica no se dedican capítulos las
sobre organizaciones formales, sino alusiones a las mismas en distintos puntos
del texto.
Lo poco que se tiene por escrito en el tema viene dado en su mayoría por experiencias, prácticas y toma de datos empíricos por parte de científicos, sociólogos y ejecutivos a lo largo de los años, y a pesar de ellos ha sido fundamental en aspectos como la administración gubernamental, y en la economía en cuanto al grado de planificación que el estado debe tener en el mercado. Ellas son entonces, irónicamente menospreciadas, pues los humanos estamos inmersas en ellas a diario; es decir, tanto la clase trabajadora y jóvenes en la formación escolar o universitaria, como las amas de casa forman parte de alguna organización, a distintos grados e importancia de inclusión en sus vidas. En este ámbito, se debe diferenciar una organización formal de una actividad o procedimiento en la sociedad, y ésta radica en los “cargos” que se emplean en las organizaciones, pues “tienden a ser muy elaborados, relativamente estables, predecibles y definidos,” y además son conocidos por las personas asociadas a esa organización; en contraste, un procedimiento en la sociedad no involucra este nivel de planificación, estabilidad ni tecnicismo.
Para poder hablar del comportamiento de las organizaciones, es necesario primero conocer, en parte, que comportamientos humanos son las que influyen en la primera. Para ello debemos proponer que hay tres grandes grupos de miembros en cualquier organización, que sin lugar a duda representa a la sociedad, al menos en el mundo occidental. En primer lugar están los empleados, aquellos que no aportan ideas ni a la toma de decisiones en el objetivo ni dirección de la organización, pues solo son instrumentos. En segundo lugar, están los que traen consigo “actitudes, valores y objetivos,” es decir, son partícipes en el comportamiento. Y finalmente, aquellos que solucionan problemas y toman la directiva de la organización. Cualquiera y todas de estas proposiciones están interrelacionadas, pues una organización no puede seguir en pie si alguna deja de existir.
Ahora se deben hacer otras proposiciones referentes al tipo de actividades presentes. Hay tres grupos a conocer: las que muestran dependencia entre una o varias variables mediante alguna función matemática; aquellas que sirven como algún descripción general de la organización, pero que pudiera ser cuantificada para obtener, nuevamente, una dependencia entre variables; y tercero, las que muestran dependencia entre variables de manera sociológica. A manera de continuación sobre el organismo humano, podríamos considerarlo como un “sistema de proceso-información complejo,” pues se puede explicar su comportamiento en intervalos de tiempo. Esto es, que el comportamiento en un intervalo dado está definido por el comportamiento inicial y el estado inicial de su ambiente. Además, el siguiente intervalo dependerá del estado anterior, puesto que las experiencias obtenidas en intervalos anteriores son guardadas en su memoria; y, que para intervalos siguientes puede o no ser influyente. A la primera la llamaremos evocadora, pues algún estimulo en su ambiente hace recordar esas memoria; y a la segunda la llamaremos no evocadora y forma parte de un aprendizaje lento, pero que dado suficiente tiempo, ésta puede formar parte del grupo evocador y ser influyente ante algún estimulo.
Otro postulado para seccionar la memoria y que sea evocada por un estímulo, seria así: valores u objetivos, que hacen diferenciar que decisión tomar ante un grupo de ellas; segundo, las relaciones entre los criterios para tomar una decisión ante otra; y finalmente, las alternativas de “posibles líneas de acción.”
Lo poco que se tiene por escrito en el tema viene dado en su mayoría por experiencias, prácticas y toma de datos empíricos por parte de científicos, sociólogos y ejecutivos a lo largo de los años, y a pesar de ellos ha sido fundamental en aspectos como la administración gubernamental, y en la economía en cuanto al grado de planificación que el estado debe tener en el mercado. Ellas son entonces, irónicamente menospreciadas, pues los humanos estamos inmersas en ellas a diario; es decir, tanto la clase trabajadora y jóvenes en la formación escolar o universitaria, como las amas de casa forman parte de alguna organización, a distintos grados e importancia de inclusión en sus vidas. En este ámbito, se debe diferenciar una organización formal de una actividad o procedimiento en la sociedad, y ésta radica en los “cargos” que se emplean en las organizaciones, pues “tienden a ser muy elaborados, relativamente estables, predecibles y definidos,” y además son conocidos por las personas asociadas a esa organización; en contraste, un procedimiento en la sociedad no involucra este nivel de planificación, estabilidad ni tecnicismo.
Para poder hablar del comportamiento de las organizaciones, es necesario primero conocer, en parte, que comportamientos humanos son las que influyen en la primera. Para ello debemos proponer que hay tres grandes grupos de miembros en cualquier organización, que sin lugar a duda representa a la sociedad, al menos en el mundo occidental. En primer lugar están los empleados, aquellos que no aportan ideas ni a la toma de decisiones en el objetivo ni dirección de la organización, pues solo son instrumentos. En segundo lugar, están los que traen consigo “actitudes, valores y objetivos,” es decir, son partícipes en el comportamiento. Y finalmente, aquellos que solucionan problemas y toman la directiva de la organización. Cualquiera y todas de estas proposiciones están interrelacionadas, pues una organización no puede seguir en pie si alguna deja de existir.
Ahora se deben hacer otras proposiciones referentes al tipo de actividades presentes. Hay tres grupos a conocer: las que muestran dependencia entre una o varias variables mediante alguna función matemática; aquellas que sirven como algún descripción general de la organización, pero que pudiera ser cuantificada para obtener, nuevamente, una dependencia entre variables; y tercero, las que muestran dependencia entre variables de manera sociológica. A manera de continuación sobre el organismo humano, podríamos considerarlo como un “sistema de proceso-información complejo,” pues se puede explicar su comportamiento en intervalos de tiempo. Esto es, que el comportamiento en un intervalo dado está definido por el comportamiento inicial y el estado inicial de su ambiente. Además, el siguiente intervalo dependerá del estado anterior, puesto que las experiencias obtenidas en intervalos anteriores son guardadas en su memoria; y, que para intervalos siguientes puede o no ser influyente. A la primera la llamaremos evocadora, pues algún estimulo en su ambiente hace recordar esas memoria; y a la segunda la llamaremos no evocadora y forma parte de un aprendizaje lento, pero que dado suficiente tiempo, ésta puede formar parte del grupo evocador y ser influyente ante algún estimulo.
Otro postulado para seccionar la memoria y que sea evocada por un estímulo, seria así: valores u objetivos, que hacen diferenciar que decisión tomar ante un grupo de ellas; segundo, las relaciones entre los criterios para tomar una decisión ante otra; y finalmente, las alternativas de “posibles líneas de acción.”
Con lo anteriormente descrito, se concluye que en definitiva, el componente fundamental de las organizaciones son los humanos que la conforman, independientemente de que grupo, acá postulados, se encuentre; y más allá, que de alguna manera u otra los seres contribuyen, y son contribuidos por las organizaciones. Para lograr entender la estructura formadora de una organización es necesario entender el pensamiento humano.
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